Plantas Medicinales para la Mujer: Lavanda, lavándula angustifolia

 

La Lavanda o Espliego (Lavandula angustifolia) es una planta medicinal perteneciente a la familia de las Labiadas. Es un arbusto leñoso perenne con unas vistosas flores violetas o azuladas en forma de espigas con un aroma muy característico y agradable. La Lavanda es endémica del Mediterráneo, es una de las imprescindibles en la medicina popular debido a sus propiedades medicinales

Maestra interior, la Lavanda conecta materia con espíritu, eleva la vibración de manera sublime y entrega a la trascendencia cualquier dolor.

Su nombre proviene de la palabra latina “lavare” por la creencia romana de que la lavanda era buena para limpiar y drenar energías estancadas de espacios.

Sus principios activos son de gran interés para nosotras, la Lavanda es una gran aliada para muchas situaciones cotidianas ya que tiene gran efecto analgésico, antiséptico, relajante, carminativo, cicatrizante, calmante, antirreumático, antibacteriano, antivírico, estimulante de la circulación sanguínea y regeneradora de la piel.

Composición:

El aceite de lavanda contiene linalol, linalino, alcanfor, limoneno, taninos y boreol, curaminas y saponinas.

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Debido a su presencia y abundancia por toda la península podemos encontrar unas cinco variedades, sin embrago la que más se usa por su inocuidad tóxica y potencia medicinal es la Lavanda Angustifolia que es la que describimos aquí.

Sus propiedades son excelentes para multitud de trastornos por ejemplo para relajar y aliviar el estrés emocional y físico, para la circulación de la sangre, para regular el sistema nervioso, alivia los dolores gracias a su acción analgésica, ayuda a cicatrizar las heridas y desinfectarlas, facilita la eliminación de los gases y flatulencias, excelente para el reuma, mejora las digestiones porque propicia el metabolismo de las grasas, disminuye la tensión muscular y los espasmos musculares, muy útil para la recuperación de golpes, esguinces, traumatismos, inflamaciones… además mejora los trastornos respiratorios.

Tal amplitud de efectos tiene nuestra trascendente Lavanda que debería estar presente en todos los botiquines.

La Lavanda eleva nuestra conciencia y nos acerca a un conocimiento puro y sabio, desde ahí también podemos penetrar en otros factores que no llevan a enfermar, como los factores emocionales, psíquicos y espirituales. Aplica tu conciencia al origen de tus trastornos femeninos, analiza qué ha sucedido últimamente para que haya aparecido este proceso en tu cuerpo.

 

¿Cómo usarla durante el ciclo menstrual?

Las mujeres podemos aprovechar los principios activos de la Lavanda en varios momentos del ciclo menstrual. Por ejemplo, durante el sangrado menstrual puedes aliviar las molestias que producen las contracciones uterinas y armonizar la tensión del vientre con un saco de semillas de lavanda secas previamente calentado, o darte un masaje con algunas gotas de aceite esencial de lavanda mezcladas con aceite de oliva o almendras (excelente si es de germen de trigo).

Durante la fase premenstrual puedes tomarla de manera interna con infusiones de sus flores (unas dos o tres veces al día), reduce la tensión que produce la imposibilidad de descanso equilibrando el sistema nervioso central, armonizando cualquier perturbación también del climaterio como el insomnio, la ansiedad o la depresión.

En ocasiones las mujeres en nuestra fase premenstrual acusamos una bajada de defensas o alteración del pH vaginal que hace que afloren infecciones vaginales cuyas protagonistas suelen ser hongos, bacterias o candidas. Puedes, en estos casos, realizar vapores vaginales o baños de asiento con infusión de lavanda para potenciar cualquier tratamiento natural que lleves a cabo estos días.

También puedes usar la Lavanda en lavados y baños de asiento si padeces de vaginitis, inflamación o picores debido a alergias de contacto con ropa interior, relaciones sexuales intensas o infecciones leves. Esta planta es una excelente elección para tomar conciencia de nuestro autocuidado genital ya que nuestra vulva tiene un tejido expuesto siempre a multitud de agentes que pueden erosionar su delicadeza y suavidad.

Más allá de nuestro ciclo menstrual, la Lavanda es una gran aliada en el intenso proceso del embarazo, parto y lactancia. Es una planta muy segura que favorece la relajación, además como trabaja a nivel del sistema límbico puedes aliviar las nauseas de los primeros meses con su uso, puedes llevar su aroma en un pañuelo y cuando vengan las nauseas acercarlo a tu cara, sentirás un alivio inmediato.

Cuando el embarazo avanza lo puedes utilizar aplicando una mezcla de aceite de almendras con unas gotas de aceite esencial de lavanda, con este aceite pide que te den un masaje en los pies y piernas para favorecer la relajación y el retorno venoso, su efecto tónico de la circulación sanguínea ayudará a drenar cualquier edema o hinchazón de pies y piernas. Cuando nazca tu bebé con este aceite de lavanda puedes masajearle tras el baño o darle un masajito en su barriguita para aliviar sus cólicos, conectar con tu bebé a través del masaje es una experiencia muy bella.

                     Lavandula Stoechas

Usos rituales de la Lavanda

Los usos rituales de las plantas incluyen en su aplicación el poder de nuestra intención unido a la comunicación con la planta y sus efectos.

En concreto la Lavanda es una planta que nos relaja de tensiones físicas y dogmatismos rígidos, es excelente para iniciarnos a una vida equilibrada y espiritual ya que nos incita a la búsqueda de nuestra maestra espiritual oyendo la voz de nuestro corazón. Abrir nuestra mente y corazón para ser mas abiertas, relajadas y tolerantes.

La Lavanda está indicada para transformar en un acto consciente nuestros errores y devolver a nuestro espíritu la calma, el silencio y el equilibrio perdido. Puedes usarla en momentos donde hay una falta de seguridad y confianza en tí para expresar tus sentimientos y te habitan miedos que evitan avanzar en tu vida.

Puedes elaborarte un elixir floral con las flores de Lavanda para relajar y clamar nuestras emociones y nuestra mente, para hacernos más seguras, honestas y tolerantes en un conflicto.

Los baños con flores o infusión de lavanda purifican nuestro cuerpo, relajan y le dan serenidad a tus decisiones.

Las almohadas y sacos de semillas pueden ser usados para el insomnio, favorece el sueño, la percepción espiritual e iniciación psíquica. También colocados sobre el vientre o lumbares alivia dolores vitales con los que cargamos.

Conéctate con la Mujer Medicina que hay en tí.

Encuentra tu virtud, pureza y sabiduría.

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Afirmaciones con la Lavanda

Abro mi mente y mi corazón a un mayor equilibrio y espiritualidad.

Relajo y purifico mi cuerpo haciendo mi vida más pura, honesta y tolerante.

Armonizo mis relaciones escuchando la voz de mi corazón, escuchando a mi maestra interior.

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Desde Terapia de Sonido Femenina reconocemos y valoramos la frecuencia vibratoria de las plantas para conectarnos profundamente con nuestro ser femenino, instintivo y creativo.

Con el amor de la Tierra

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