¡Feliz renacimiento! ¡Feliz regreso de la Luz!
A partir de hoy los días comienzan a iluminarse más y más. Debido a esta creencia ancestral de la antigua cosmovisión prepatriarcal, el Nacimiento de Jesús se enmarcó en estas fechas: El nacimiento de la Luz, del niño Dios-Sol.
Se sabe que las culturas prepatriarcales no tenían una organización jerárquica si no que vivían en armonía cooperando entre ellos y en simbiosis con la Naturaleza. Eran de carácter pacífico y festejaban estos días la llegada de un nuevo ciclo que se llenaba de luz y magia. Ensalzaban la Vida y el Misterio que le rodeaba por encima de todo.
El imperio romano y el catolicismo se encargaron milenios más tarde, tras una lenta mella de otras civilizaciones, de desidentificar a las mujeres del proceso creativo, de la obra de Dios.
Eva exiliada, María vírgen y sin placer… todas las mujeres se tornan invisibles, siglos y siglos de desvalorización que llevamos en el cuerpo y que han infantilizado el proceso del parto poniendo el foco en el bebé y retirando el poder de la mamá.
Dos mil y pico de años poniendo símbolos en nuestro inconsciente colectivo… Que se mantienen con prácticas como la gestación subrrogada, el robo de bebés y la trata de niñas.
Sin embargo, en apenas unos lustros las mujeres también hemos conseguido colocar y validar el parto de nuevo como el proceso sagrado que es, equilibrando el protagonismo. La cultura poco a poco cada vez es más humanista en su gestión, cuidando de las madres para cuidar bien de las criaturas.
Conectada hoy con María, la madre que parió a Jesús, la que pasó los pródromos en burro, meciendo su pelvis y abriéndose a la incertidumbre de la puerta de la vida y la muerte.
María parió, dio a luz y trajo a esta bella Tierra a una criatura… María coronó, como todas las madres coronan a sus hijos, en este caso, fue María la que coronó al rey dios.
María coronó con aro de fuego al hijo de la Luz, el que trajo el mensaje de que Dios es Amor. Recordemos qué significa ser coronada/o y que todas las criaturas son hijas e hijos de la luz y del amor.
María, tu vientre, tu vulva y tu placer son tan Sagrados como los nuestros. Honro esos días intensos que viviste.
Todas las que parimos merecemos y estamos preparadas para un parto natural y sagrado como el de María.